El grupo escultórico actual es obra de Francisco Palma Burgos. Desfiló por primera vez en 1947. Sin embargo, la imagen de la Virgen data de 1943.
Seis son las imágenes que ahora componen de nuevo el grupo escultórico del Santo Entierro. La figura axial es la de Jesús muerto, asido de los brazos por San Juan, que se dispone a dejarlo caer sobre la losa. Los pies del Cristo son abrazados por la Magdalena, echada de hinojos en el suelo. Estas tres figuras están talladas en un solo bloque.
María, de pie, y a la derecha, contempla la escena con sereno dolor.
A estas cuatro imágenes se suman las de los llamados popularmente Santos Varones (Nicodemo y José de Arimatea). Formaron parte del conjunto desde su primera salida (1947) y fueron suprimidas en 1955, en que al modificarse el trono, se considera conveniente quitarlas para no reducir la visión de las otras figuras. Quedaron desde entonces en la capilla de la cofradía, la llamada de los Carvajales, en la antigua Colegiata. Pero el inicio de las eternas obras en 1983 provoca su deterioro, por lo que se decide enviarlas al Museo de Semana Santa del Hospital de Santiago. Afortunadamente, en 2002 volvieron a incorporarse al trono: Nicodemo, en la delantera derecha, dando la espalda al grupo; José, entre San Juan y la Virgen. El primero cruza por delante sus manos, en las que lleva un pomo de esencias y un paño. Inclina la cabeza hacía su derecha en actitud pensativa, de respeto y tristeza profunda. El de Arimatea, cubierto con el manto, se inclina hacia adelante y extiende sus manos, con las palmas hacia arriba, dispuesto a sostener también el sagrado cadáver.
Sin embargo, en fotografías tomadas antes de 1953 aparecía Nicodemo a la izquierda de San Juan mirando a Jesús, posición que nos parece mucho más correcta que la presentada en el primer desfile de 1947. Cierto es que si en este años así se hizo la distribución, lo sería con la sugerencia o al menos el consentimiento de su autor, presente en la ocasión. Pero no deja de extrañarnos que esta figura se ausente de la escena.
Afortunadamente, y tras las reparaciones efectuadas al trono, en la Semana Santa de 2010 han vuelto a colocarse las imágenes de la manera que pensamos más apropiada.
En el año 2000, el grupo escultórico del Santo Entierro se llevó a la Magna Exposición Diocesana organizada con motivo del Jubileo conmemorativo del segundo milenio de la Encarnación de la Catedral Jiennense. Aquí ocupó el centro de la sala novena, siendo objeto de admiración por parte de los miles de visitantes que a ella acudieron.
La actual imagen del Cristo Yacente es de Francisco Palma Burgos. Fue encargada en 1964, aprovechando una visita del escultor a Úbeda, y se terminó en este mismo año, en cuyo mes de septiembre ya estaba expuesta en el Museo Provincial de Bellas Artes de Málaga. A su llegada a Úbeda, se exhibió al público en la casa del presidente, don Federico Adam Hortelano, en la calle Bailén. Salió procesionalmente al año siguiente, o sea, en 1965.
Descripción de la imagen.
Jesús acaba de ser bajado de la cruz y es depositado sobre la losa. Alrededor de sus heridas aún permanece la sangre, ya reseca. La cabeza reposa sobre el lado derecho. La boca abierta, que deja ver ambos arcos dentarios, aún conserva el rictus de dolor de la terrible agonía. El brazo derecho se extiende a lo largo del costado. La mano izquierda, con la palma hacia abajo, descansa sobre el vientre. La rodilla derecha permanece levantada y el pie izquierdo sigue torcido hacia dentro y se monta sobre el otro.