El trono actual es obra de Ramón Cuadra Moreno y data, como la imagen que lleva, de 1965. Costó su ejecución 125.000 pesetas, a cuya cantidad deben sumarse 5.000, por el chasis; 10.000 de los candelabros del trono, pagadas a J. Salido; y 3.104´90, de la losa de mármol, amén de otros gastos. Todo ello hizo un total de 213.104´90 pesetas.
Es de madera tallada, con partes doradas y otras en su color. Consta de dos cuerpos, ambos de planta rectangular con salientes rectilíneos en cada uno de sus centros.
El primero se remata por una cornisa decorada con ovas, bajo la cual están las faldillas. Estas se cubren con tres cartelas en los laterales y una en los lados menores que hacen la función de sobrefaldillas. En los extremos del frontal y trasera lleva sendas maniguetas.
El segundo cuerpo, de menores dimensiones que el primero cubre sus esquinas con hojas de acanto que se repliegan hacia afuera. Cada paramento, en color oscuro, lleva una cartela dorada en su centro. Sobre su plataforma descansa la losa de mármol negro con vetas blancas cuyos costados van ribeteados de tallas doradas. En cada esquina, hay un gran pebetero, pero con función de antorcha.
En esta obra, Ramón Cuadra viene a demostrar palpablemente que fue un aventajado de su maestro Palma, a quien sigue con fidelidad y extraordinaria fuerza. De carecer de documentación, sólo los muy expertos quizás lograran descubrir que tal obra no había salido del taller del malagueño. Hasta los pebeteros parecen inspirados en los del Trono del Santo Traslado de Málaga, obra de Pedro Pérez hidalgo, que muy probablemente Cuadra no conociera. Tanto fue el grado de identificación conceptual que con su maestro llegó a lograr el tallista ubetense.
Es, en definitiva, un bello trono, muy acorde con el del grupo escultórico que le precede. Se restaura en 1993 por su propio autor, Ramón Cuadra Moreno.